lunes, mayo 12, 2008

Ericeira I


LAS PALABRAS PROHIBIDAS

Los barcos existen y existe tu rostro
Apoyado en el rostro de los barcos.
Sin ningún destino flotan por las ciudades,
Parten por el viento, regresan por los ríos.

En la arena blanca, donde comienza el tiempo,
Un niño pasa de espaldas al mar.
Anochece. No hay duda, anochece.
Es necesario partir, es necesario quedarse.

Los hospitales se cubren de ceniza.
Olas de sombra se rompen en las esquinas.
Te amo…Y entra por la ventana
La primera luz de las colinas.

Las palabras que te envío están prohibidas,
Mi amor, hasta por el halo de las mieses;
Si alguna regresara, ya ni reconocería
Tu nombre en mis curvas claras.

Me duele este agua, este aire que se respira,
Me duele esta soledad de piedra oscura,
Y estas manos nocturnas donde estrecho
Mis días quebrados por la cintura.

Y la noche crece apasionadamente.
En sus márgenes desnudos, desolados,
Cada hombre sólo tiene para dar
Un horizonte de ciudades bombardeadas.



Eugénio de Andrade (As palavras proibidas).

Trad. de Marta López Vilar





Imagen: "Banco vazio no Atlântico, desde o litoral da Ericeira" (Portugal). 3-5-2008.

martes, mayo 06, 2008

Lisboa I


Hay ahora un dolor que se posa en las palabras.
No lo menciones: un nombre basta para
partir el corazón. Si me olvidaste entre


un libro y otro, finge que no lo sé; despídete
de mí como una farola antigua, deja que
tu sombra sea mi único paisaje.


Maria do Rosário Pedreira (Nenhum nome depois).
Traducción de Marta López Vilar


Imagen: "Rua de São João da Praça, à noite". Lisboa, 2-5-2008.


Suena un fado que escuché en un local de Alfama, mientras paseaba. Salió del silencio de la noche y cantaba una muchacha de voz de gota de agua a punto de caer...

Yo me paré por dentro...