LABERINTO DE PAPEL
Únicamente el viento me seguía -Sophia de Mello-
lunes, noviembre 07, 2011
Elegía en Portbou
Como si pudiéramos nombrar
y decir la palabra que nos hace horizonte,
la voz perseguida en el oscuro fulgor del exilio,
en los heridos por el incólume milagro de la esperanza,
la que fue
trabajosamente transmitida en la larga noche oscura
comparando analogías, limpiando textos, tejidos,
huesos, fragmentos de una claridad cegada,
alzado lance de amor que restituyera el mundo,
creara sentido y anunciara el retorno de los disueltos,
los olvidados en humo y tierra:
trozos de adobe que ahora se juntan, recomponen
la vasija, el cántaro roto de la vida y el agua
regresa, el cuenco es espacio donde habita el ser,
fluye, acaricia la rugosa convexidad que todo contiene,
es presente que se perpetúa, se hace espliego o retama,
es pájaro, burro, piedra, esperanza niña
o crepúsculo que se extiende y nos roza
como sorpresa, límite, encarnadura que suena
y resuena, como música tendida en el infinito,
como olas de un tiempo detenido, un mar
sin orillas donde a su origen regresan los ríos,
vaivén de espuma o viento, notas de cristal
que ahora chocan, se propagan, encienden
el presente de la reconciliación y nuevos
nos juntamos, atravesamos silencios,
palpamos alma, materia, palabras.
Antonio Crespo Massieu: Elegía en Portbou (Bartleby, 2011).
Imagen: "Memorial de Walter Benjamin". Portbou (Girona), agosto de 2008.
Suena: Lost song (pinchar sobre el título para escuchar), de Olafur Arnalds.
miércoles, septiembre 07, 2011
Viajes interiores
Hay viajes que pueden contarse y otros que no. Los que no pueden contarse, a veces, se inscriben dentro de los que pueden contarse pero, al modo de esas inscripciones que grabamos en el interior de un anillo, esos signos para la memoria tan sólo son descifrables por quien ha realizado el periplo. Es así como decimos que, en el camino, se ha cumplido un viaje interior.
Chantal Maillard (Bélgica)
Imagen: Ruinas del templo de las divinidades ctonias Perséfone y Deméter. Valle de los Templos (Agrigento. Silicia. Agosto de 2011).
lunes, agosto 01, 2011
Las ciudades invisibles
El Gran Kan ha soñado una ciudad; la describe a Marco Polo:
- El puerto está expuesto al septentrión, en la sombra. Los muelles son altos sobre el agua negra que golpea contra los cimientos; escaleras de piedra bajan, resbalosas de algas. Barcas embadurnadas de alquitrán esperan en el fondeadero a los viajeros que se demoran en el muelle diciendo adiós a las familias. Las despedidas se desenvuelven en silencio pero con lágrimas. Hace frío; todos llevan chales en la cabeza. Una llamada del barquero pone fin a la demora; el viajero se acurruca en la proa, se aleja mirando al grupo de los que se quedan; desde la orilla ya no se distinguen los contornos; hay neblina; la barca aborda una nave anclada; por la escalerilla sube una figura empequeñecida; desaparece; se oye alzar la cadena oxidada que raspa el escobén. Los que se quedan se asoman a las esacrpas del muelle para seguir con los ojos al barco hasta que dobla el cabo; agitan por última vez un trapo blanco.
"Sal de viaje, explora todas las costas y busca esa ciudad -dice el Kan a Marco-. Después vuelve a decirme si mi sueño responde a la verdad.
-Perdóname, señor: no hay duda de que tarde o temprano me embarcaré en aquel muelle -dice Marco-, pero no volveré para contártelo. La ciudad existe y tiene un simple secreto: sólo conoce partidas y no retornos."
Italo Calvino: Las ciudades invisibles (Traducción de Aurora Bernárdez).
Suena: Yar ko parag , de Haig Yazdjian (pulsar en el título para la escucha)
viernes, julio 08, 2011
Vieja mirada
VIEJA MIRADA
Me he acostumbrado a esta ventana
y a que la nieve caiga a través de mis
ojos;
pero ¿quién siguió a los que se perdieron
a través de la puerta abierta del jardín?
¿Quién dispuso lo que allí había,
el barril de lluvia,
y la luna como luna,
todas las hierbas heladas?
¿Quién se columpiaba antes de la mañana
y hacía chirriar las cuerdas?
¿Quién puso la mano de cera
en la ventana de la cocina,
se sentó en el blanco
y me acogió a mí misma?
Ilse Aichinger (Del libro Consejo gratuito, Ed. Linteo, Trad. Rosa Marta Gómez Pato)
Imagen: "La ventana", de Marc Chagall
jueves, abril 07, 2011
Cortina de vacío
Esto es lo que él no podía ver:
el sendero hasta el mar, restos verticales de roca
hecha añicos por la fuerza de la dinamita.
Así estaba él. Demolido.
Sin embargo la mente de ella palpitaba
con su presencia silenciosa. ¿Cómo se puede vivir
con tanta tristeza? La mano de él sobre su hombro
para decirle, tu afán
por la precisión sólo te traerá problemas.
Tu sentido de la carencia, también.
Soñaba que estaba vivo y enfermo.
Como la Pietà. Soñaba con él
a cualquier edad. Diez años o menos. Catorce y más alto.
Un tictac adelante y atrás como el mar
rompe contra la húmeda roca negra
de la claridad y la circunstancia.
Mary Jo Bang, del libro Elegía (ed. Bartleby, traducción de Jaime Priede)
Suena: And they have scaped the weight of darkness (pulsar sobre el título para escuchar)
Imagen: Acuarela de Emil Nolde
el sendero hasta el mar, restos verticales de roca
hecha añicos por la fuerza de la dinamita.
Así estaba él. Demolido.
Sin embargo la mente de ella palpitaba
con su presencia silenciosa. ¿Cómo se puede vivir
con tanta tristeza? La mano de él sobre su hombro
para decirle, tu afán
por la precisión sólo te traerá problemas.
Tu sentido de la carencia, también.
Soñaba que estaba vivo y enfermo.
Como la Pietà. Soñaba con él
a cualquier edad. Diez años o menos. Catorce y más alto.
Un tictac adelante y atrás como el mar
rompe contra la húmeda roca negra
de la claridad y la circunstancia.
Mary Jo Bang, del libro Elegía (ed. Bartleby, traducción de Jaime Priede)
Imagen: Acuarela de Emil Nolde
jueves, marzo 24, 2011
Postal
Estas ruas bulliciosas conocen tu nombre,
el ritmo secreto con que tus pasos
las rozaron. Hay algo de tu voz en sus sonidos,
algo de su luz en tus ojos.
Estas ruas sin tiempo
apenas atienden ya a nada,
demasiado preocupadas
en proyectar tu imagen sobre el río
y alcanzar el mirador de tu abrazo.
Tienen estas ruas, tendidos en los balcones,
luces e interrogantes que preguntan por ti,
y una voz de fado en penumbra,
cayendo desde lo alto,
que con dulce desgarro canta:
Lisboa no te olvida,
porque las más bellas ciudades
jamás olvidan a sus más bellos pasajeros.
José Gutiérrez Román (del libro Los pies del horizonte, Premio Adonáis 2010).
Imagen: "As ruas de Lisboa sempre acabam no mar". Agosto de 2009.
miércoles, febrero 16, 2011
Contornos
El contorno
Queda eso...
con mi mundo saliste
cometa de la muerte.
Va quedando el abrazo
del vacío
un anillo girando
que perdió su dedo.
Otra vez negrura
ante la creación
ley de tristeza.
Deshojado el atolondrado oro
de la noche
que el día se permitió.
La caligrafía de las sombras
como herencia.
Paisajes coloreados de verde
con sus aguas clarividentes
ahogados en los callejones de las tinieblas.
Cama, silla y mesa
salieron en puntillas del cuarto
tras el cabello de la separación...
Todo ha emigrado contigo
toda mi posesión fue expropiada...
sólo que tú lo que más amo me bebes
las palabras del aliento
hasta que enmudezco.
Nelly Sachs ( Berlín, 1891- Estocolmo, 1970).
Versión de Klaus Dieter Vervuert y Rodolfo Alonso
Imagen: "Detalle del monumento-homenaje a las víctimas del holocausto". Berlín, 5 de junio de 2008.
domingo, enero 23, 2011
Le soleil noir
Orfeo En La Luz Oscura
La verdad es que un sol negro
cruza en solitario la noche
y altivo rompe la incertidumbre:
(Busco en vano todavía
el punto exacto donde nace
la sangre que te nutre.)
Si ya no quedaran muertos
para poblar la caverna,
si la última llama fuera
el ronco rojo de una rosa,
acaso con su voz modelaría
- tiempo en el tiempo,
su particular apocalipsis.
Raudos cruzarían los astros
el motor de la génesis
sin encontrarse nunca,
en desolada y ávida caza
del propio tiempo.
(Los cuerpos que quedaran
flotando en los estanques,
quizá podrían dejar
de mirarnos fijamente.)
Miguel Veyrat, del libro Conocimiento de la llama (Editorial La Lucerna, 2010)
Imagen: "Cuaderno de apuntes", de Fernando Zóbel.
miércoles, diciembre 08, 2010
Las palabras
Para Hôtaru, por los regresos a Marte y los cuadernos donde dibujar infancias-mundo.
Ejercicio para el endurecimiento del espíritu
La abuela nos dice:
-¡Hijos de perra!
La gente nos dice:
-¡Hijos de bruja! ¡Hijos de puta!
Otros nos dicen:
-¡Imbéciles! ¡Golfos! ¡Mocosos! ¡Burros! ¡Marranos! ¡Puercos! ¡Gamberros! ¡Sinvegüenzas! ¡Pequeños granujas! ¡Delincuentes! ¡Criminales!
Cuando oímos esas palabras se nos pone la cara roja, nos zumban los oídos, nos escuecen los ojos y nos tiemblan las rodillas.
No queremos ponernos rojos, ni temblar. Queremos acostumbrarnos a los insultos y a las palabras que hieren.
Nos instalamos en la mesa de la cocina, uno frente al otro y mirándonos a los ojos, nos decimos palabras cada vez más atroces.
Uno:
-¡Cabrón! ¡Tontolculo!
El otro:
-¡Maricón! ¡Hijoputa!
Y continuamos así hasta que las palabras ya no nos entran en el cerebro, ni nos entran siquiera en las orejas.
De ese modo nos ejercitamos una media hora al día más o menos, y después vamos a pasear por las calles.
Nos las arreglamos para que la gente nos insulte y constatamos que al fin hemos conseguido permanecer indiferentes.
Pero están también las palabras antiguas.
Nuestra madre nos decía:
-¡Queridos míos! ¡Mis amorcitos! ¡Mi vida! ¡Mis pequeñines adorados!
Cuando nos acordamos de esas palabras, los ojos se nos llenan de lágrimas.
Esas palabras las tenemos que olvidar, porque ahora ya nadie nos dice palabras semejantes, y porque el recuerdo que tenemos es una carga demasiado pesada para soportarla.
Entonces volvemos a empezar nuestro ejercicio de otra manera.
Decimos:
-¡Queridos míos! ¡Mis amorcitos! Yo os quiero...No os abandonaré nunca...Sólo os querré a vosotros...Siempre...Sois toda mi vida...
A fuerza de repetirlas, las palabras van perdiendo poco a poco su significado, y el dolor que llevan consigo se atenúa.
Agota Kristof: El gran cuaderno (en Claus y Lucas)
Imagen: New Year, de Ciurlionis
lunes, noviembre 08, 2010
Rosa
Rosa
Si aún sabes
cómo se deshoja una rosa,
pregunta a sus pétalos
si al decir "flor"
y "perfume"
dices el mismo nombre.
Porque, si no lo sabes,
es del amor que hablas.
Albano Martins, del libro: Escrito a vermelho. (Trad. Marta López Vilar)
Imagen: Granada, octubre de 2010 (fotografía de Rocío Losada Velasco).
martes, octubre 12, 2010
La inocencia
Elegías de la reanudación
Después de la tempestad, por mis ojos
esta orilla virgen donde poder buscar
otro mundo nuevo. En cada cosa,
en joven nacimiento,redescubrirle el nombre
al amanecer..., un nombre que tenga
todo el peso doloroso de la herencia
y el alado frecor de un misterio dulce.
Dar el nombre a la rosa, porque es la rosa
y sentir el lastre de un nombre de ceniza.
Y crear el ruiseñor, y la fuente,
y la canción, y la muerte; aquel recóndito
temblor del beso, y la mano abierta,
y alzar de nuevo a la altura
la palabra de amor...
Rosa Leveroni (Barcelona 1910- Cadaqués 1985)
Traducción de Marta López Vilar
Imágenes: Antonio (mi casa, primavera de 2010), playa de Ribadesella, Covadonga, Llastres (Asturias, diciembre de 2009).
jueves, septiembre 16, 2010
Yo también
miércoles, agosto 18, 2010
Quinta das Lágrimas
QUINTA DAS LÁGRIMAS
Cuando hace mucho tiempo tan sólo veía
tu imagen mil veces repetida
en la pantalla del pasado, tal vez fuera feliz. Mi alma
nacía de sí misma en ese abismo
y obedecía desde siempre al fuego
de tu rostro: relámpago
tan súbitamente encendido en mis ojos.
Atravesé contigo, sin que lo supieras,
la música de los días sin nadie,
el naufragio de los años sumergidos
por la vida real irreal,
por falsas euforias que parecían
encender otra llama en la fiebre de las noches,
o inventar deseos donde sólo había
un coágulo de luz adolescente
y un corazón de ceniza, el mío, adormecido
en el fondo de ese pozo donde brillaba
el asombro mortal de tu mirada.
Ahora que regreso por un sueño
a las sonámbulas calles de la ciudad
soy yo y no soy yo
esta sombra sin nombre que tiembla
al sellar ese pacto
de encontrar el último refugio
en la flor de tu boca. ¿No hay lágrimas
que nos calen el pecho?
¿No hay vidas
que nos salven de la vida?
Fernando Pinto do Amaral (do livro Pena suspensa)
(Trad. de Marta López Vilar)
Imagen: Quinta das Lágrimas. Coimbra. Agosto de 2010.
lunes, junio 21, 2010
El verano
¿Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano
en las costas de Grecia?
¿Qué resta en mí del único verano de mi vida?
Si pudiera elegir de todo lo vivido
algún lugar, y el tiempo que lo ata,
su milagrosa compañía me arrastra allí,
en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida.
Perdura la experiencia, como un cuarto cerrado de la infancia;
no queda ya el recuerdo de días sucesivos
en esta sucesión mediocre de los años.
Hoy vivo esta carencia,
y apuro del engaño algún rescate
que me permita aún mirar el mundo
con amor necesario;
y así saberme digno del sueño de la vida.
De cuanto fue ventura, de aquel sitio de dicha,
saqueo avaramente
siempre una misma imagen:
sus cabellos movidos por el aire,
y la mirada fija dentro del mar.
Tan sólo ese momento indiferente.
Sellada en él, la vida.
Francisco Brines
Imagen: Isla de Hydra (2009)
viernes, junio 18, 2010
viernes, mayo 21, 2010
En nombre
sábado, mayo 15, 2010
Sin justicia ni descanso
Fotografía tomada en un campo de refugiados en la frontera francesa.
Y todo esto sin justicia, enterrando la dignidad. Ayer nos dimos cuenta de que este dolor y esta memoria herida no tienen valor para la justicia española.
En España está prohibido y penado recordar.
Mi reconocimiento al juez Baltasar Garzón.
martes, mayo 11, 2010
El jardín seco
Que todo se haga leve, que apenas haya
una pizca de viento
y que nos arrastre como a ese polen
que pierden los árboles
que nuestras almas
se dispersen en el espacio
y que un día alguien sepa
que hemos vivido
al respirar una flor cualquiera.
Claude Esteban: En el último páramo. Traducción colectiva de Juan Abeleira, Miguel Casado, Luis Martínez de Merlo, Jesús Munárriz y Manuel Nerila.
Imagen: "El jardín seco" de Fernando Zóbel.
lunes, abril 19, 2010
Lisboa
PARQUE EDUARDO VII
Sem saber
porquê, guardei a tua imagem, e ando com ela
neste poema que sabe o teu nome, sem nunca
o dizer...
Nuno Júdice
La hierba que rodea los bancos tiene siempre
el color del otoño. Próximas, las palomas
conviven en silencio acostumbrado
a un vaivén de miradas extranjeras.
Leo versos de Nuno Júdice. Él las observa
desde un café da Baixa, aunque miramos ambos
la misma ciudad, siempre sostenida
por tejados cercanos,
como quien necesita de la sombra
para guardar secretos.
Quizá por eso callo,
una vez más, tu nombre.
José Ángel García Caballero: Llaves olvidadas, ed. Renacimiento, 2010.
Imagen: Lisboa, 2 de mayo de 2008.
domingo, abril 11, 2010
Retorno e Interior
Volviste por el mismo camino. No fue sol lo que encontraste, ni la intención de la jornada. Temiste lo que, al final, surgió: el muro que cercó el otro lado del sueño.
Dentro de los pétalos brilla la flor: cálido camino reencontrado para nuestra piel gastada. En el cansacio hay siempre un grano de esperanza. Y en la muerte
António Salvado (do livro O extenso continente, ed. A Mar Arte. Trad. Marta López Vilar)
Imagen: "Invierno", de Mikalojus Konstantinas Ciurlionis.
jueves, marzo 18, 2010
Elegía en Tholos
Elegía en Tholos
A Martine Broda
In memoriam
Mas si creemos que nuestro único sujeto
es el deseo y al mismo tiempo
nuestra esencia, querríamos ser el objeto
perdido y olvidar todo lenguaje.
Dormir en la colina disfrazados de chopos
y cantuesos. Dormir junto a las cosas
enterradas bajo un horizonte
de leche negra —dormir entre las zarzas
jaras y sarmientos que un día fueron
sujetos abrasados. Y también con los muertos
de dolor o de una borrachera. Dormir
bajo la grava junto a las flores de Víznar
o Bagdad, crucificadas de noche
por el odio que despierta la conciencia
de ser libre. Dormir en la colina
de Spoon River tras un mausoleo cualquiera,
bajo el manzano de un huerto
o sobre una sima del mar. Ser para siempre
un ser aunque muerto deslumbrante
de deseo —y conseguir que dure al menos
el tiempo de regreso hasta el chispazo inicial.
Sólo un gesto. Y dormir para siempre
de la mano de nadie —como duerme Martine
con su enjuto cuerpo entregado
en ofrenda a sus amantes lares, Jouve
Juarroz, Celan o Lacan. Todos duermen
ahora en la colina de Tholos. Y nosotros también
muertos con ella como objetos cosas
húmedas entre la seca arena —este silencio.
Miguel Veyrat
A Martine Broda
In memoriam
Mas si creemos que nuestro único sujeto
es el deseo y al mismo tiempo
nuestra esencia, querríamos ser el objeto
perdido y olvidar todo lenguaje.
Dormir en la colina disfrazados de chopos
y cantuesos. Dormir junto a las cosas
enterradas bajo un horizonte
de leche negra —dormir entre las zarzas
jaras y sarmientos que un día fueron
sujetos abrasados. Y también con los muertos
de dolor o de una borrachera. Dormir
bajo la grava junto a las flores de Víznar
o Bagdad, crucificadas de noche
por el odio que despierta la conciencia
de ser libre. Dormir en la colina
de Spoon River tras un mausoleo cualquiera,
bajo el manzano de un huerto
o sobre una sima del mar. Ser para siempre
un ser aunque muerto deslumbrante
de deseo —y conseguir que dure al menos
el tiempo de regreso hasta el chispazo inicial.
Sólo un gesto. Y dormir para siempre
de la mano de nadie —como duerme Martine
con su enjuto cuerpo entregado
en ofrenda a sus amantes lares, Jouve
Juarroz, Celan o Lacan. Todos duermen
ahora en la colina de Tholos. Y nosotros también
muertos con ella como objetos cosas
húmedas entre la seca arena —este silencio.
Miguel Veyrat
No por casualidades, sino por "puertas abiertas entre el azar y la necesidad", Miguel Veyrat, el excelente poeta y traductor del libro Deslumbramientos de Martine Broda (1947-2009), me envía, para continuar con la reconstrucción de la memoria de Broda, un poema que aparecerá en su próximo libro. Para mí es un placer poder publicar esta elegía de Miguel en primicia y recordar los bosques sumergidos de luz y el no-decir de la poeta de Nancy.
Imagen: "Vegetales en luz" (Lisboa, agosto de 2009)
domingo, marzo 14, 2010
Deslumbramientos
sumergidas las ciudades de la memoria
por un exceso de sueño
con gran esfuerzo remontas las aguas
el pálido sufrimiento cuya sed así tú apagas
jamás lo hubieses podido imaginar
vivir persiste y anuncia una débil y desnuda
voluntad cara a los ojos congelados del porvenir.
Martine Broda (del libro Deslumbramientos, trad. de Miguel Veyrat).
Imagen: Reflejos del cielo (Jardines de Luxemburgo, París, 2004).
lunes, marzo 01, 2010
Llave de ignición
Comulgo un fuego inmenso esta noche.
sin voz. sin tiempo.
devoro esta salada carne
por el soplo que arrulla el mar
y las montañas.
abro estas alas. bebo sin cesar
el néctar y el corazón. ninguna sombra
nos protege. el sol y el agua queman
la superficie de este cuerpo
en que la negra flor
traslada de raíz el aroma de esta luz
que pocos ven.
dibujo en el poema los rincones
de esa casa que habitamos.
abro la puerta cuando menos espero.
entro con la sed de quien vio esa noche
el fuego devorando el sol y el alma.
muero y resucito.
como quien visita un santuario.
el árbol establece el eje y el camino.
pero todo el itinerario te pertenece
en ese cuerpo sin vida
porque otra vida recupera:
madera eterna que nunca encontraré.
cuerpo y sangre
transcriben otra imagen.
viento y sombra de viento. la modulación del
vientre entre los dedos, sobre la lengua.
gloria y desesperación.
la saudade cava esa sepultura
donde encontraremos, más tarde,
el eréctil vaso que un día allí depositamos.
discreta, va cavando a nuestro alrededor
una fosa donde vamos protegiendo
la vida entera.
sobre el bosque elevaron durante la noche
esa roca que
un día vino a nuestro encuentro.
recibes en tu pecho esa luz.
dibujas conmigo el espíritu
que despierta otras voces
que nunca sabremos descifrar.
elevas ese grito como ala.
comulgas esta noche un fuego inmenso.
sin voz. sin sangre. sin cuerpo.
resguardas conmigo
la sombra, la saliva, la serpiente.
escribe el frío, una nube
alcanzando la colina.
ninguna sombra nos protege.
dibujo los rincones de ese cuerpo
engullido por el mar.
los cimientos guardan fragmentos
de otro viaje. fragmentos de tiempo:
sangre seca que el tiempo no quiso borrar.
la carne conserva esa voz. esa sangre.
un cuerpo nace. un cuerpo nace
para que yo pueda morir.
sin voz. sin tiempo.
devoro esta salada carne
por el soplo que arrulla el mar
y las montañas.
abro estas alas. bebo sin cesar
el néctar y el corazón. ninguna sombra
nos protege. el sol y el agua queman
la superficie de este cuerpo
en que la negra flor
traslada de raíz el aroma de esta luz
que pocos ven.
dibujo en el poema los rincones
de esa casa que habitamos.
abro la puerta cuando menos espero.
entro con la sed de quien vio esa noche
el fuego devorando el sol y el alma.
muero y resucito.
como quien visita un santuario.
el árbol establece el eje y el camino.
pero todo el itinerario te pertenece
en ese cuerpo sin vida
porque otra vida recupera:
madera eterna que nunca encontraré.
cuerpo y sangre
transcriben otra imagen.
viento y sombra de viento. la modulación del
vientre entre los dedos, sobre la lengua.
gloria y desesperación.
la saudade cava esa sepultura
donde encontraremos, más tarde,
el eréctil vaso que un día allí depositamos.
discreta, va cavando a nuestro alrededor
una fosa donde vamos protegiendo
la vida entera.
sobre el bosque elevaron durante la noche
esa roca que
un día vino a nuestro encuentro.
recibes en tu pecho esa luz.
dibujas conmigo el espíritu
que despierta otras voces
que nunca sabremos descifrar.
elevas ese grito como ala.
comulgas esta noche un fuego inmenso.
sin voz. sin sangre. sin cuerpo.
resguardas conmigo
la sombra, la saliva, la serpiente.
escribe el frío, una nube
alcanzando la colina.
ninguna sombra nos protege.
dibujo los rincones de ese cuerpo
engullido por el mar.
los cimientos guardan fragmentos
de otro viaje. fragmentos de tiempo:
sangre seca que el tiempo no quiso borrar.
la carne conserva esa voz. esa sangre.
un cuerpo nace. un cuerpo nace
para que yo pueda morir.
Ruy Ventura (Chave de ignição. Editora Labirinto)
Imagen: Detalle de luz en la iglesia de Santa María del Mar, Barcelona. Diciembre de 2008.
martes, febrero 02, 2010
El agua
domingo, enero 24, 2010
Los ángeles terribles I
¿Quién, si yo gritara, me oiría desde las jerarquías
de los ángeles?, y aún en el caso de que uno me cogiera
de repente y me llevara junto a su corazón: yo perecería
por su existir más potente. Porque lo bello no es nada
más que el comienzo de lo terrible, justo lo que nosotros todavía
podemos soportar,
y lo admiramos tanto porque él, indiferente, desdeña
destruirnos. Todo ángel es terrible.
Rainer Maria Rilke
Imagen: "Ángel terrible" (Dresde, 3 de agosto de 2005)
domingo, enero 17, 2010
Puertas
miércoles, diciembre 30, 2009
Ο, τι αγαπώ βρίσκεται στην αρχή του πάντα
Siempre que a mí regresas indefenso te recibo y, sin temor
ni artificio, indefenso me disipo en la tentación por nosotros
construida. Pero hay tentaciones así...Que nos devoran.
Que nos devoran y purifican de la ferocidad diaria,
de los mitos que nos anuncian y no compramos,
porque no hay tentación más vil que la nuestra. Siempre que a mí
regresas -como rosa o zanja o herida abierta- una marea
de alegría me retoma, me sumerge y vuelve más pequeño sin saber
cómo ni por qué. Grandes son los alrededores entre los instantes
de tus llegadas y la eternidad que en ellas inscribimos.
Grande la felicidad si tardas y yo, más allá
de las trampas de la noche, más allá del estruendo de las olas
contra las rocas, de los estallidos del suelo bajo nuestros
pies desnudos, del jadear de nuestros cuerpos ya saciados, olvido
mi boca pegada a tu piel, como joya deslumbrante recogiendo
el manto de la más bella reina del Mediterráneo.
Victor Oliveira Mateus (Do livro A irresistível voz de Ionatos. Editora Labirinto. 2009)
Verso del título en griego: "Lo que amo se encuentra siempre en el principio" (Odysseas Elytis)
Suena Angelina Ionatos (O Érotas): http://www.youtube.com/watch?v=4E2rMVRkSwI
Imagen: Atardecer en la isla griega de Hydra (Abril de 2009)
domingo, diciembre 13, 2009
El silencio: lugar habitado
Poco a poco se deshojaron las rosas
en todos los jardines, iniciando el enredo
de la lluvia sobre las casas.
Estábamos en el mes en que los crisantemos
se vuelven más blancos.
Contra la luz no nos atrevíamos a romper
el silencio que en la música se resguardaba.
Schubert y las canciones sin palabras.
El arco de la voz preso en el violonchelo.
El piano y el rumor sublime de los ángeles.
Escuchábamos la palabra no dicha en la sonata:
el azul de los lirios en jardines tan antiguos.
Graça Pires (O silêncio: lugar habitado. Editora Labirinto, 2009). Premio Nacional Ruy Belo 2008.
Imagen: "Al otro lado del espejo", Balbarda, Ávila, en la antigua casa de la abuela de Violeta.
miércoles, noviembre 11, 2009
Mar en la mañana
Que me detenga aquí.
Que también yo contemple por un momento
la naturaleza,
el luminoso azul del mar en la mañana y del cielo sin nubes
y la amarilla arena: estancia
hermosa y grande de la luz.
Dejadme
que me detenga aquí y crea que esto veo
(ciertamente esto vi un instante tan sólo cuando aquí me detuve)
y no, incluso ahora, mis sueños, mis recuerdos,
la rediviva imagen del placer.
Cavafis (Versión de José Ángel Valente)
Imagen: Mar Mediterráneo (Sitges, 10 de octubre de 2009).
sábado, octubre 31, 2009
Sin espera
viernes, septiembre 25, 2009
Meditaciones
33. Las palabras, antaño familiares, son ahora locuciones caducas. Lo mismo ocurre con los nombres de personas, que muy celebrados en otros tiempos, son ahora, en cierto modo, locuciones caducas: Camilo, Cesón, Voleso, Leonato; y, poco después, también Escipión y Catón; luego, también Augusto; después, Adriano y Antonino. Todo se extingue y poco después se convierte en legendario. Y bien pronto ha caído en un olvido total. Y me refiero a los que, en cierto modo, alcanzaron sorprendente relieve; porque los demás, desde que expiraron, son desconocidos, no mentados. Pero, ¿qué es, en suma, el recuerdo sempiterno? Vaciedad total. ¿Qué es, entonces, lo que debe impulsar nuestro afán? Tan sólo eso: un pensamiento justo, unas actividades consagradas al bien común, un lenguaje incapaz de engañar, una disposición para abrazar todo lo que acontece, como necesario, como familiar, como fluyente del mismo principio y de la misma fuente.
Marco Aurelio (Meditaciones)
Imagen: Busto de Tiberio, British Museum, Londres. 1 de agosto de 2009.
sábado, septiembre 19, 2009
La piedra
Tu nombre está en la piedra donde el sol bate.
A veces,
la hierba terriblemente crece alrededor
de tu nombre
y de la piedra donde el sol bate.
A veces, llueve.
La piedra está en los anillos que te aprietan
los dedos tan jóvenes,
con un pequeño dolor por dentro.
Es esmeralda, ámbar, zafiro que enciende
su llama invisible en el cielo de mis noches.
Ya no te acuerdas de las piedras que lanzabas
a los pájaros y perros
cuando el tiempo paraba, de repente,
sobre la inclinación de las tardes.
Ya no te acuerdas de mí.
Era una vida inspirada la tuya,
una materia indócil, pensativa:
mármol, obsidiana, jade que aún brilla.
Era un arte magnífico,
un golpe sordo, una rosa en el corazón.
Así se construían las ciudades.
Así me despedía, cada vez más lejos
de la esencia de una lágrima,
de su mineral oscuro y espléndido.
Son como puñales estas piedras que traigo
tan dentro,
esculpidas por la ternura de las herramientas
que queman los dedos.
Soy la tierra quemada.
No me esperes, mi amor del silencio.
Esta voz no es piedra, es casi el viento.
José Agostinho Baptista, do livro Esta voz é quase o vento
(trad. Marta López Vilar)
Imagen: Tumba de Leonor Izquierdo. Cementerio del Espino. Soria. (24 de agosto de 2009)
domingo, septiembre 13, 2009
Sombras
2.
Quando se projecta no vidro a sombra
De um ser que voa e voando surge
Nunca pássaro, nunca anjo, sempre sombra
Que se ausenta sendo visível e certo
Então de luz o olho de repente arde
2.
Cuando se proyecta en el cristal la sombra
De un ser que vuela y volando surge
Nunca pájaro, nunca ángel, siempre sombra
Que se ausenta siendo visible y cierto
Entonces de luz el ojo arde de repente
Rui Almeida, del libro Lábio Cortado (Livrododia Editores), premio Manuel Alegre 2008.
Traducción de Marta López Vilar
Imagen: Claustro del Monasterio de Nájera (La Rioja). 29 de agosto de 2009.
jueves, julio 09, 2009
Imitación de la alegría
Donde los árboles aún
más desolada hacen la tarde,
al tiempo que indolente
se ha desvanecido tu último paso,
aparece la flor
en los tilos y persiste en su suerte.
Buscas una explicación a los afectos,
pruebas el silencio en tu vida.
Otra ventura me revela
el tiempo reflejado. Aflige
como la muerte, la belleza
ya en otros rostros fulmínea.
He perdido toda cosa inocente,
incluso en esta voz, que sobrevive
para imitar la alegría.
Salvatore Quasimodo
Imagen: "Naturaleza muerta" de Morandi.
jueves, julio 02, 2009
Hoje há cinco anos da sua morte
CASA BLANCA
Casa blanca frente al mar enorme,
con tu jardín de arena y flores marinas
y tu silencio intacto donde duerme
el milagro de las cosas que eran mías.
A ti volveré tras el incierto
calor de tantos gestos recibidos
pasados los tumultos y el desierto
besados los fantasmas, recorridos
los murmullos de la tierra indefinida.
En ti renaceré en un mundo mío
y la redención vendrá en tus líneas
donde ninguna cosa se perdió
del milagro de las cosas que eran mías.
Sophia de Mello Breyner Andresen (do livro Poesia)
Traducción de Marta López Vilar
Imagem: Casa de Cadaqués, Girona. Marzo de 2009.
miércoles, junio 24, 2009
Epitafio de un joven ateniense
Reposará mi cuerpo para siempre
entre el barro y la piedra de esta tumba,
como un recuerdo efímero de aquellos
placeres que embriagaron cada día
de mi estancia en el reino de los vivos.
Todo está ya enterrado. Es imposible
volver a la palabra pronunciada;
besar de nuevo el rostro más querido;
rendirse a la emoción inexplicable
de la luz, el color y la distancia.
Francisco José Martínez Morán (Tras la puerta tapiada, Hiperión 2009)
Imagen: Partenón nocturno (10 de abril de 2009)
domingo, junio 21, 2009
Regreso. Primavera en Delfos
Que me miraba andar de nuevo por este mundo, sin Dioses, pero cargado con lo que, al vivir, había arrebatado a la muerte.
De pronto, la sombra de la golondrina cosechó las miradas de sus nostálgicos: Mediodía.
Odysseas Elytis (Seis remordimientos por el cielo)
Imagen: Primavera en Delfos (9 de abril de 2009)
Suena unas de las canciones más bellas de Kostas Pavlidis: http://www.youtube.com/watch?v=Eif22O03Q_g
martes, febrero 17, 2009
Dis, quand reviendras-tu?
CARTA A DOLORS
Me cuesta imaginarte ausente para siempre.
Tantos recuerdos de ti se me acumulan
que ni dejan espacio a la tristeza
y te vivo intensamente sin tenerte.
No quiero hablarte con melancólica voz,
tu muerte no me quema las entrañas,
no me angustia ni me alza el gozo de vivir.
Me duele saber que no podremos partirnos el pan
nunca más, ni hacernos compañía.
Pero de este dolor saco la fuerza
para recordarte y escribir estas palabras.
Más tenaz que nunca me esfuerzo en crecer
sabiendo que tú creces conmigo: proyectos,
ilusiones, deseos, cogen vuelo
por ti y contigo, por muy distantes que te sean;
y contigo y por ti sueño que los cumplo.
Te me haces presente en las pequeñas cosas
y es en ellas que te pienso y te evoco,
seguro como nunca de que la única esperanza
de sobrevivir es amar con la fuerza suficiente
para convertir en vida todo lo que hacemos
y aumentar la esperanza y la belleza.
Tú ya no estás y florecerán las rosas,
madurarán los trigos y el viento tal vez
desvelará secretas melodías.
Tú ya no estás y el tiempo ahora transcurre
entre el recuerdo de ti, que me acompaña,
y aquel esfuerzo, que bien conoces,
de resistir cuando nada nos es propicio.
Desde estas palabras muy tiernamente te pienso,
mientras declina la tarde suavemente.
Todos los colores proclaman vida nueva
y yo la vivo y en ti se me presenta
sorprendentemente vibrante y armoniosa.
No volverás nunca, pero perduras
en las cosas y en mí de tal manera
que me cuesta imaginarte ausente para siempre.
Me cuesta imaginarte ausente para siempre.
Tantos recuerdos de ti se me acumulan
que ni dejan espacio a la tristeza
y te vivo intensamente sin tenerte.
No quiero hablarte con melancólica voz,
tu muerte no me quema las entrañas,
no me angustia ni me alza el gozo de vivir.
Me duele saber que no podremos partirnos el pan
nunca más, ni hacernos compañía.
Pero de este dolor saco la fuerza
para recordarte y escribir estas palabras.
Más tenaz que nunca me esfuerzo en crecer
sabiendo que tú creces conmigo: proyectos,
ilusiones, deseos, cogen vuelo
por ti y contigo, por muy distantes que te sean;
y contigo y por ti sueño que los cumplo.
Te me haces presente en las pequeñas cosas
y es en ellas que te pienso y te evoco,
seguro como nunca de que la única esperanza
de sobrevivir es amar con la fuerza suficiente
para convertir en vida todo lo que hacemos
y aumentar la esperanza y la belleza.
Tú ya no estás y florecerán las rosas,
madurarán los trigos y el viento tal vez
desvelará secretas melodías.
Tú ya no estás y el tiempo ahora transcurre
entre el recuerdo de ti, que me acompaña,
y aquel esfuerzo, que bien conoces,
de resistir cuando nada nos es propicio.
Desde estas palabras muy tiernamente te pienso,
mientras declina la tarde suavemente.
Todos los colores proclaman vida nueva
y yo la vivo y en ti se me presenta
sorprendentemente vibrante y armoniosa.
No volverás nunca, pero perduras
en las cosas y en mí de tal manera
que me cuesta imaginarte ausente para siempre.
Miquel Martí i Pol (Del Llibre d'ausències. Trad. Marta López Vilar)
Imagen: "L'apparition", de Marc Chagall
jueves, enero 08, 2009
Tierra de Nadie
lunes, diciembre 22, 2008
En días como estos
sábado, noviembre 29, 2008
La luz, el aire, el pájaro
Me pedís palabras que consuelan,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en las ventanas.
Chantal Maillard (del libro Hilos)
Imagen: Anthropométrie 148, de Yves Klein
sábado, noviembre 22, 2008
Una extensa mancha de sueños
Era rocío lo que me cubría
los ojos cuando, a lo largo
de mi cuerpo, te ausentaste.
Un sereno luto cercó
todos los nombres que te di.
Es de ceniza mi pecho.
Es de humo tu rostro.
Graça Pires (do livro Uma extensa mancha de sonhos)
Trad. de Marta López Vilar
Era lentura o que me cobria
os olhos quando, ao longo
do meu corpo, te ausentaste.
Um vagaroso luto cercou
todos os nomes que te dei.
É de cinza o meu peito.
É de fumo o teu rosto.
Graça Pires (del libro Una extensa mancha de sueños)
Imagen: "Mujer de espaldas" de Klimt.
martes, noviembre 18, 2008
Veinte lineas
Desde que me senté por primera vez en ese banco de Ericeira a principios de mayo, se convirtió en mi banco, en la calma a la que regresaré siempre para ver su color, cuando todo se borra de golpe,cuando todo se presenta con un cuerpo de vacío. Y aquí me regala José do Carmo Francisco una crónica de cómo se encuentra ese lugar...
Una tarde en el banco de Marta
Estamos a mediados de noviembre pero el sol permanece como si fuera verano. Hay nueve hamacas ocupadas, cinco pescadores con seis cañas de pescar y el mar parece un espejo gigante con el sol golpeándole de lleno. Efectos del Anticiclón de las Azores, diría un especialista. Pero lo que cuenta para estas decenas de personas es el usufructo del esplendor del sol, la casi ausencia de viento, el ruido feliz de las olas recordando los primeros sones del álbum “Bon voyage” de Vangelis Papathanassiou.
En el banco de Marta se extienden los periódicos del día, la victoria de Obama, el escándalo del Banco Portugués de Negocios, la polémica de los arbitrajes en Portugal, probando cada día dos cosas: que desde 1983 nadie cree en nadie en el fútbol portugués y los estadios no están completamente vacíos porque la pasión clubista no murió.
Las conversaciones llegan hasta aquí, cerca de un ancla tendida que parece un enorme brazo de balanza en medio de la tarde: una señora tiene el cabello muy débil y necesita cortarse las puntas, la otra tiene a la hija en el extranjero y no la ve desde hace meses. Además de eso, no sabe lo que hará de cena este sábado de sol. De golpe, un fotógrafo de mediana edad y un joven operador de cámara aparecen en las rocas, sobre los antiguos viveros de los restaurantes y los hoteles de Ericeira. Fotografían y filman a un chico y una chica que parecen novios en despedida de soltero o en ensayos para las fotografías de la boda de mañana. Así como aparecieron, los cuatro desaparecen velozmente hacia la playa de los pescadores. Sólo el sol y las gaviotas permanecen frente al espejo luminoso de la masa líquida del Océano frente al banco de Marta.
José do Carmo Francisco
Estamos a mediados de noviembre pero el sol permanece como si fuera verano. Hay nueve hamacas ocupadas, cinco pescadores con seis cañas de pescar y el mar parece un espejo gigante con el sol golpeándole de lleno. Efectos del Anticiclón de las Azores, diría un especialista. Pero lo que cuenta para estas decenas de personas es el usufructo del esplendor del sol, la casi ausencia de viento, el ruido feliz de las olas recordando los primeros sones del álbum “Bon voyage” de Vangelis Papathanassiou.
En el banco de Marta se extienden los periódicos del día, la victoria de Obama, el escándalo del Banco Portugués de Negocios, la polémica de los arbitrajes en Portugal, probando cada día dos cosas: que desde 1983 nadie cree en nadie en el fútbol portugués y los estadios no están completamente vacíos porque la pasión clubista no murió.
Las conversaciones llegan hasta aquí, cerca de un ancla tendida que parece un enorme brazo de balanza en medio de la tarde: una señora tiene el cabello muy débil y necesita cortarse las puntas, la otra tiene a la hija en el extranjero y no la ve desde hace meses. Además de eso, no sabe lo que hará de cena este sábado de sol. De golpe, un fotógrafo de mediana edad y un joven operador de cámara aparecen en las rocas, sobre los antiguos viveros de los restaurantes y los hoteles de Ericeira. Fotografían y filman a un chico y una chica que parecen novios en despedida de soltero o en ensayos para las fotografías de la boda de mañana. Así como aparecieron, los cuatro desaparecen velozmente hacia la playa de los pescadores. Sólo el sol y las gaviotas permanecen frente al espejo luminoso de la masa líquida del Océano frente al banco de Marta.
José do Carmo Francisco
Uma tarde no banco de Marta
Estamos no meio de Novembro mas o sol permanece como se fosse Verão.
Há nove espreguiçadeiras ocupadas, cinco pescadores com seis canas de pesca e o mar que parece um espelho gigante com o sol a bater-lhe em cheio. Efeitos do anticiclone dos Açores, dirá um especialista. Mas o que conta para estas dezenas de pessoas aqui à volta é o usufruto do esplendor do sol, a quase ausência de vento, o ruído feliz das ondas a lembrar os primeiros sons do álbum «Bom voyage» de Vangelis Papathanassiou.
No banco de Marta estendem-se os jornais do dia, a vitória de Obama, o escândalo do Banco Português de Negócios, a polémica das arbitragens em Portugal provando uma vez mais duas coisas: depois de 1983 ninguém acredita em ninguém no futebol português e os estádios só não estão completamente vazios porque a paixão clubista ainda não morreu.
As conversas chegam aqui perto da âncora deitada que parece um enorme travessão no meio da tarde: uma senhora tem o cabelo fraco e precisa de acertar as pontas, a outra tem a filha no estrangeiro e já não a vê há largos meses. Além disso não sabe o que há-de fazer para o jantar neste sábado de sol. De súbito um fotógrafo de meia-idade e um jovem operador de câmara aparecem nas rochas, por cima dos antigos viveiros dos restaurantes e dos hotéis da Ericeira. Fotografam e filmam um rapaz e uma rapariga que parecem noivos em despedida de solteiro ou em ensaios para as fotografias do casamento de amanhã. Assim como apareceram os quatro desaparecem velozmente para o lado da praia dos pescadores. Só o sol e as gaivotas permanecem frente ao espelho luminoso da massa líquida do Oceano em frente ao banco de Marta.
José do Carmo Francisco
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