Hay ahora un dolor que se posa en las palabras.
No lo menciones: un nombre basta para
partir el corazón. Si me olvidaste entre
un libro y otro, finge que no lo sé; despídete
de mí como una farola antigua, deja que
tu sombra sea mi único paisaje.
Maria do Rosário Pedreira (Nenhum nome depois).
Traducción de Marta López Vilar
Imagen: "Rua de São João da Praça, à noite". Lisboa, 2-5-2008.
Suena un fado que escuché en un local de Alfama, mientras paseaba. Salió del silencio de la noche y cantaba una muchacha de voz de gota de agua a punto de caer...
Yo me paré por dentro...
5 comentarios:
el domingo en la central vi tu libro, me puse tan contenta
He leído tu post a la luz del fanal... He escuchado cantar a Amalia... Y de pronto han llegado solos estos versos:
"Partem tão tristes meus olhos por vós (...), tão tristes, tão saudosos, tão doentes da partida, tão cansados, tão chorosos (...)
Partem tão tristes, os tristes, tão fora de esperar bem, que nunca tão tristes vistes outros nenhuns por ninguém."
João Roiz de Castelo-Branco
Los fados suenan diferentes desde fuera del local, en el exilio, amortiguados por un muro y por los ruidos de la calle.
Como seda deliza
su voz el fado en mayo.
Gracias por una entrada magnífica.
¡Que buen poema!
Abrazos
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