viernes, septiembre 25, 2009

Meditaciones


33. Las palabras, antaño familiares, son ahora locuciones caducas. Lo mismo ocurre con los nombres de personas, que muy celebrados en otros tiempos, son ahora, en cierto modo, locuciones caducas: Camilo, Cesón, Voleso, Leonato; y, poco después, también Escipión y Catón; luego, también Augusto; después, Adriano y Antonino. Todo se extingue y poco después se convierte en legendario. Y bien pronto ha caído en un olvido total. Y me refiero a los que, en cierto modo, alcanzaron sorprendente relieve; porque los demás, desde que expiraron, son desconocidos, no mentados. Pero, ¿qué es, en suma, el recuerdo sempiterno? Vaciedad total. ¿Qué es, entonces, lo que debe impulsar nuestro afán? Tan sólo eso: un pensamiento justo, unas actividades consagradas al bien común, un lenguaje incapaz de engañar, una disposición para abrazar todo lo que acontece, como necesario, como familiar, como fluyente del mismo principio y de la misma fuente.


Marco Aurelio (Meditaciones)


Imagen: Busto de Tiberio, British Museum, Londres. 1 de agosto de 2009.

sábado, septiembre 19, 2009

La piedra


Tu nombre está en la piedra donde el sol bate.
A veces,
la hierba terriblemente crece alrededor
de tu nombre
y de la piedra donde el sol bate.
A veces, llueve.

La piedra está en los anillos que te aprietan
los dedos tan jóvenes,
con un pequeño dolor por dentro.
Es esmeralda, ámbar, zafiro que enciende
su llama invisible en el cielo de mis noches.

Ya no te acuerdas de las piedras que lanzabas
a los pájaros y perros
cuando el tiempo paraba, de repente,
sobre la inclinación de las tardes.

Ya no te acuerdas de mí.

Era una vida inspirada la tuya,
una materia indócil, pensativa:
mármol, obsidiana, jade que aún brilla.

Era un arte magnífico,
un golpe sordo, una rosa en el corazón.
Así se construían las ciudades.
Así me despedía, cada vez más lejos
de la esencia de una lágrima,
de su mineral oscuro y espléndido.

Son como puñales estas piedras que traigo
tan dentro,
esculpidas por la ternura de las herramientas
que queman los dedos.

Soy la tierra quemada.
No me esperes, mi amor del silencio.
Esta voz no es piedra, es casi el viento.

José Agostinho Baptista, do livro Esta voz é quase o vento

(trad. Marta López Vilar)


Imagen: Tumba de Leonor Izquierdo. Cementerio del Espino. Soria. (24 de agosto de 2009)

domingo, septiembre 13, 2009

Sombras


2.
Quando se projecta no vidro a sombra
De um ser que voa e voando surge
Nunca pássaro, nunca anjo, sempre sombra
Que se ausenta sendo visível e certo

Então de luz o olho de repente arde


2.

Cuando se proyecta en el cristal la sombra
De un ser que vuela y volando surge
Nunca pájaro, nunca ángel, siempre sombra
Que se ausenta siendo visible y cierto

Entonces de luz el ojo arde de repente


Rui Almeida, del libro Lábio Cortado (Livrododia Editores), premio Manuel Alegre 2008.

Traducción de Marta López Vilar



Imagen: Claustro del Monasterio de Nájera (La Rioja). 29 de agosto de 2009.
Suena: http://www.youtube.com/watch?v=nXXNwDYqA10