lunes, noviembre 07, 2011

Elegía en Portbou


Como si pudiéramos nombrar
y decir la palabra que nos hace horizonte,
la voz perseguida en el oscuro fulgor del exilio,
en los heridos por el incólume milagro de la esperanza,
la que fue
trabajosamente transmitida en la larga noche oscura
comparando analogías, limpiando textos, tejidos,
huesos, fragmentos de una claridad cegada,
alzado lance de amor que restituyera el mundo,
creara sentido y anunciara el retorno de los disueltos,
los olvidados en humo y tierra:
trozos de adobe que ahora se juntan, recomponen
la vasija, el cántaro roto de la vida y el agua
regresa, el cuenco es espacio donde habita el ser,
fluye, acaricia la rugosa convexidad que todo contiene,
es presente que se perpetúa, se hace espliego o retama,
es pájaro, burro, piedra, esperanza niña
o crepúsculo que se extiende y nos roza
como sorpresa, límite, encarnadura que suena
y resuena, como música tendida en el infinito,
como olas de un tiempo detenido, un mar
sin orillas donde a su origen regresan los ríos,
vaivén de espuma o viento, notas de cristal
que ahora chocan, se propagan, encienden
el presente de la reconciliación y nuevos
nos juntamos, atravesamos silencios,
palpamos alma, materia, palabras.


Antonio Crespo Massieu: Elegía en Portbou (Bartleby, 2011).

Imagen: "Memorial de Walter Benjamin". Portbou (Girona), agosto de 2008.

Suena: Lost song (pinchar sobre el título para escuchar), de Olafur Arnalds.

miércoles, septiembre 07, 2011

Viajes interiores




Hay viajes que pueden contarse y otros que no. Los que no pueden contarse, a veces, se inscriben dentro de los que pueden contarse pero, al modo de esas inscripciones que grabamos en el interior de un anillo, esos signos para la memoria tan sólo son descifrables por quien ha realizado el periplo. Es así como decimos que, en el camino, se ha cumplido un viaje interior.

Chantal Maillard (Bélgica)

Imagen: Ruinas del templo de las divinidades ctonias Perséfone y Deméter. Valle de los Templos (Agrigento. Silicia. Agosto de 2011).


Suena: Το ταξίδι ("El viaje"), de Alkínoos Ioannidis.

lunes, agosto 01, 2011

Las ciudades invisibles



El Gran Kan ha soñado una ciudad; la describe a Marco Polo:
- El puerto está expuesto al septentrión, en la sombra. Los muelles son altos sobre el agua negra que golpea contra los cimientos; escaleras de piedra bajan, resbalosas de algas. Barcas embadurnadas de alquitrán esperan en el fondeadero a los viajeros que se demoran en el muelle diciendo adiós a las familias. Las despedidas se desenvuelven en silencio pero con lágrimas. Hace frío; todos llevan chales en la cabeza. Una llamada del barquero pone fin a la demora; el viajero se acurruca en la proa, se aleja mirando al grupo de los que se quedan; desde la orilla ya no se distinguen los contornos; hay neblina; la barca aborda una nave anclada; por la escalerilla sube una figura empequeñecida; desaparece; se oye alzar la cadena oxidada que raspa el escobén. Los que se quedan se asoman a las esacrpas del muelle para seguir con los ojos al barco hasta que dobla el cabo; agitan por última vez un trapo blanco.
"Sal de viaje, explora todas las costas y busca esa ciudad -dice el Kan a Marco-. Después vuelve a decirme si mi sueño responde a la verdad.
-Perdóname, señor: no hay duda de que tarde o temprano me embarcaré en aquel muelle -dice Marco-, pero no volveré para contártelo. La ciudad existe y tiene un simple secreto: sólo conoce partidas y no retornos."

Italo Calvino: Las ciudades invisibles (Traducción de Aurora Bernárdez).

Suena: Yar ko parag , de Haig Yazdjian (pulsar en el título para la escucha)

Imagen: Costa de la isla griega de Égina (julio de 2005).

viernes, julio 08, 2011

Vieja mirada




VIEJA MIRADA

Me he acostumbrado a esta ventana
y a que la nieve caiga a través de mis
      ojos;
pero ¿quién siguió a los que se perdieron
a través de la puerta abierta del jardín?
¿Quién dispuso lo que allí había,
el barril de lluvia,
y la luna como luna,
todas las hierbas heladas?
¿Quién se columpiaba antes de la mañana
y hacía chirriar las cuerdas?
¿Quién puso la mano de cera
en la ventana de la cocina,
se sentó en el blanco
y me acogió a mí misma?

Ilse Aichinger (Del libro Consejo gratuito, Ed. Linteo, Trad. Rosa Marta Gómez Pato)


Imagen: "La ventana", de Marc Chagall

Suena: Time after time , interpretado por la bella voz de Eva Cassidy (pulsar en el título para escuchar la canción).

jueves, abril 07, 2011

Cortina de vacío

Esto es lo que él no podía ver:
el sendero hasta el mar, restos verticales de roca
hecha añicos por la fuerza de la dinamita.
Así estaba él. Demolido.

Sin embargo la mente de ella palpitaba
con su presencia silenciosa. ¿Cómo se puede vivir
con tanta tristeza? La mano de él sobre su hombro
para decirle, tu afán

por la precisión sólo te traerá problemas.
Tu sentido de la carencia, también.
Soñaba que estaba vivo y enfermo.
Como la Pietà. Soñaba con él

a cualquier edad. Diez años o menos. Catorce y más alto.
Un tictac adelante y atrás como el mar
rompe contra la húmeda roca negra
de la claridad y la circunstancia.

Mary Jo Bang, del libro Elegía (ed. Bartleby, traducción de Jaime Priede)


Suena: And they have scaped the weight of darkness (pulsar sobre el título para escuchar)

Imagen: Acuarela de Emil Nolde

jueves, marzo 24, 2011

Postal


Estas ruas bulliciosas conocen tu nombre,
el ritmo secreto con que tus pasos
las rozaron. Hay algo de tu voz en sus sonidos,
algo de su luz en tus ojos.
Estas ruas sin tiempo
apenas atienden ya a nada,
demasiado preocupadas
en proyectar tu imagen sobre el río
y alcanzar el mirador de tu abrazo.
Tienen estas ruas, tendidos en los balcones,
luces e interrogantes que preguntan por ti,
y una voz de fado en penumbra,
cayendo desde lo alto,
que con dulce desgarro canta:
Lisboa no te olvida,
porque las más bellas ciudades
jamás olvidan a sus más bellos pasajeros.

José Gutiérrez Román (del libro Los pies del horizonte, Premio Adonáis 2010).

Imagen: "As ruas de Lisboa sempre acabam no mar". Agosto de 2009.

miércoles, febrero 16, 2011

Contornos


El contorno

Queda eso...
con mi mundo saliste
cometa de la muerte.
Va quedando el abrazo
del vacío
un anillo girando
que perdió su dedo.

Otra vez negrura
ante la creación
ley de tristeza.
Deshojado el atolondrado oro
de la noche
que el día se permitió.

La caligrafía de las sombras
como herencia.

Paisajes coloreados de verde
con sus aguas clarividentes
ahogados en los callejones de las tinieblas.

Cama, silla y mesa
salieron en puntillas del cuarto
tras el cabello de la separación...
Todo ha emigrado contigo
toda mi posesión fue expropiada...

sólo que tú lo que más amo me bebes
las palabras del aliento
hasta que enmudezco.


Nelly Sachs ( Berlín, 1891- Estocolmo, 1970).

Versión de Klaus Dieter Vervuert y Rodolfo Alonso


Imagen: "Detalle del monumento-homenaje a las víctimas del holocausto". Berlín, 5 de junio de 2008.

domingo, enero 23, 2011

Le soleil noir


Orfeo En La Luz Oscura


La verdad es que un sol negro
cruza en solitario la noche
y altivo rompe la incertidumbre:

(Busco en vano todavía
el punto exacto donde nace
la sangre que te nutre.)

Si ya no quedaran muertos
para poblar la caverna,
si la última llama fuera
el ronco rojo de una rosa,
acaso con su voz modelaría
- tiempo en el tiempo,
su particular apocalipsis.

Raudos cruzarían los astros
el motor de la génesis
sin encontrarse nunca,
en desolada y ávida caza
del propio tiempo.

(Los cuerpos que quedaran
flotando en los estanques,
quizá podrían dejar
de mirarnos fijamente.)


Miguel Veyrat, del libro Conocimiento de la llama (Editorial La Lucerna, 2010)

Imagen: "Cuaderno de apuntes", de Fernando Zóbel.