lunes, diciembre 22, 2008

sábado, noviembre 29, 2008

La luz, el aire, el pájaro


Me pedís palabras que consuelan,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en las ventanas.


Chantal Maillard (del libro Hilos)



Imagen: Anthropométrie 148, de Yves Klein

sábado, noviembre 22, 2008

Una extensa mancha de sueños


Era rocío lo que me cubría
los ojos cuando, a lo largo
de mi cuerpo, te ausentaste.
Un sereno luto cercó
todos los nombres que te di.
Es de ceniza mi pecho.
Es de humo tu rostro.


Graça Pires (do livro Uma extensa mancha de sonhos)

Trad. de Marta López Vilar


Era lentura o que me cobria
os olhos quando, ao longo
do meu corpo, te ausentaste.
Um vagaroso luto cercou
todos os nomes que te dei.
É de cinza o meu peito.
É de fumo o teu rosto.


Graça Pires (del libro Una extensa mancha de sueños)



Imagen: "Mujer de espaldas" de Klimt.

martes, noviembre 18, 2008

Veinte lineas




Desde que me senté por primera vez en ese banco de Ericeira a principios de mayo, se convirtió en mi banco, en la calma a la que regresaré siempre para ver su color, cuando todo se borra de golpe,cuando todo se presenta con un cuerpo de vacío. Y aquí me regala José do Carmo Francisco una crónica de cómo se encuentra ese lugar...






Una tarde en el banco de Marta

Estamos a mediados de noviembre pero el sol permanece como si fuera verano. Hay nueve hamacas ocupadas, cinco pescadores con seis cañas de pescar y el mar parece un espejo gigante con el sol golpeándole de lleno. Efectos del Anticiclón de las Azores, diría un especialista. Pero lo que cuenta para estas decenas de personas es el usufructo del esplendor del sol, la casi ausencia de viento, el ruido feliz de las olas recordando los primeros sones del álbum “Bon voyage” de Vangelis Papathanassiou.
En el banco de Marta se extienden los periódicos del día, la victoria de Obama, el escándalo del Banco Portugués de Negocios, la polémica de los arbitrajes en Portugal, probando cada día dos cosas: que desde 1983 nadie cree en nadie en el fútbol portugués y los estadios no están completamente vacíos porque la pasión clubista no murió.
Las conversaciones llegan hasta aquí, cerca de un ancla tendida que parece un enorme brazo de balanza en medio de la tarde: una señora tiene el cabello muy débil y necesita cortarse las puntas, la otra tiene a la hija en el extranjero y no la ve desde hace meses. Además de eso, no sabe lo que hará de cena este sábado de sol. De golpe, un fotógrafo de mediana edad y un joven operador de cámara aparecen en las rocas, sobre los antiguos viveros de los restaurantes y los hoteles de Ericeira. Fotografían y filman a un chico y una chica que parecen novios en despedida de soltero o en ensayos para las fotografías de la boda de mañana. Así como aparecieron, los cuatro desaparecen velozmente hacia la playa de los pescadores. Sólo el sol y las gaviotas permanecen frente al espejo luminoso de la masa líquida del Océano frente al banco de Marta.

José do Carmo Francisco





Uma tarde no banco de Marta

Estamos no meio de Novembro mas o sol permanece como se fosse Verão.
Há nove espreguiçadeiras ocupadas, cinco pescadores com seis canas de pesca e o mar que parece um espelho gigante com o sol a bater-lhe em cheio. Efeitos do anticiclone dos Açores, dirá um especialista. Mas o que conta para estas dezenas de pessoas aqui à volta é o usufruto do esplendor do sol, a quase ausência de vento, o ruído feliz das ondas a lembrar os primeiros sons do álbum «Bom voyage» de Vangelis Papathanassiou.
No banco de Marta estendem-se os jornais do dia, a vitória de Obama, o escândalo do Banco Português de Negócios, a polémica das arbitragens em Portugal provando uma vez mais duas coisas: depois de 1983 ninguém acredita em ninguém no futebol português e os estádios só não estão completamente vazios porque a paixão clubista ainda não morreu.
As conversas chegam aqui perto da âncora deitada que parece um enorme travessão no meio da tarde: uma senhora tem o cabelo fraco e precisa de acertar as pontas, a outra tem a filha no estrangeiro e já não a vê há largos meses. Além disso não sabe o que há-de fazer para o jantar neste sábado de sol. De súbito um fotógrafo de meia-idade e um jovem operador de câmara aparecem nas rochas, por cima dos antigos viveiros dos restaurantes e dos hotéis da Ericeira. Fotografam e filmam um rapaz e uma rapariga que parecem noivos em despedida de solteiro ou em ensaios para as fotografias do casamento de amanhã. Assim como apareceram os quatro desaparecem velozmente para o lado da praia dos pescadores. Só o sol e as gaivotas permanecem frente ao espelho luminoso da massa líquida do Oceano em frente ao banco de Marta.


José do Carmo Francisco




domingo, octubre 26, 2008

Homero


La luz recortaba uno por uno todos los agujeros de la arena. El olor desnudo de la maresia, perfume limpio del mar sin putrefacción y sin cadáveres, penetraba entero.

Y a lo largo de la playa, de norte a sur, perdiéndose la vista, la marea vacía mostraba sus rocas oscuras cubiertas de caracolas y algas verdes que recortaban las aguas. Y tras ellas se rompían incesantemente, blancas y enrolladas y desenrolladas, tres hileras de olas que, constantemente deshechas, siempre se realzaban.

En lo alto de la duna el Buzio estaba con la tarde. El sol se posaba en sus manos, el sol se posaba en su cara y en sus hombros. Se quedó un tiempo callado, después, lentamente, empezó a hablar. Entendí que él hablaba con el mar, pues lo miraba de frente y extendía hacía él sus manos abiertas, con las palmas vueltas hacia arriba, Era un largo discurso claro, irracional y nebuloso que parecía, con la luz, recortar todas las cosas.

No puedo repetir sus palabras: no las memoricé y esto ocurrió hace muchos años. Y tampoco entendí por completo lo que decía. No oí algunas palabras, porque el viento rápido las arrancaba de la boca.

Pero recuerdo que eran palabras moduladas como un canto, palabras casi visibles que ocupaban los espacios del aire con su forma, su densidad y su peso.

Palabras que llamaban por las cosas, que eran el nombre de las cosas. Palabras brillantes como las escamas de un pez, palabras grandes y desiertas como playas. Y sus palabras reunían los restos dispersos de la alegría de la tierra. Él los invocaba, los mostraba, los nombraba: viento, frescura de las aguas, oro del sol y brillo de las estrellas.



Sophia de Mello Breyner Andresen (Contos exemplares).

Trad. Marta López Vilar


Imagem: Litoral da Ericeira (3-5-2008)

domingo, octubre 12, 2008

Esta mañana


Esta mañana el sol atravesó de repente
el otro lado de la calle: son muy sombrías

las casas cuando de ellas se pierde el nombre
de alguien, muy oscuros los corazones de los que
se quedan ahí dentro para habitar el dolor.

Maria do Rosário Pedreira (Nenhum nome depois)

Trad. Marta López Vilar



Imagen: O Porto ( 26-8-2008).

Suena la canción que me acompaña desde hace años:

miércoles, octubre 01, 2008

O Porto II


Dejas de venir a este jardín,
Los caminos de sufrir y de estar solo se borran,
las hierbas significan tu rostro muerto.


Ya no te importa que estén ocultos
En la piedra el templo oscuro, en los árboles
El rostro enceguecido por un sol más rojo,

Te basta
Con morir largamente como en el sueño,
No amas siquiera ni la sombra que adoptas.

Yves Bonnefoy



Imagen: "Calle de O Porto" (29-8-2008)

jueves, septiembre 18, 2008

Un fragmento inevitable


Imposible soslayarlo. El dolor es nuestra condición. En él todos podemos reconocernos.
Y sin embargo, es lo más absolutamente individual. Nadie se duele por otro. Ésa es la paradoja. Nada hay más común que el grito de dolor de una carne herida; nada hay más intransferible.
¿Hace falta el poema para decirlo? No. El grito es el lenguaje más universal. Pero tal vez haga falta recordarlo en tiempos de sosiego. Tal vez haga falta que los sosegados lo recuerden para que los que sufren se sientan amparados. Amparados por la común condición de lo viviente.
¿Y por qué no decir el gozo, en vez del dolor? Cierto, ¿por qué no?
Tal vez porque el que goza no necesita el apoyo de otros; gozando uno se siente entero, se siente pleno y exulta, porque en el gozo no se está solo, en el gozo hemos pactado un acuerdo (transitorio)con el mundo. El dolor, en cambio, contrae.
El cobijo,lo necesita el que sufre. Y no es que consuele el sufrimiento de muchos, pero sí sentirse amparados, comprendidos, com-padecidos. Es éste el trabajo de la com-pasión.
"No hay poema que no se abra como una herida", escribe Derrida...





Chantal Maillard (En la traza. Pequeña zoología poemática. Fragmento de la conferencia pronunciada en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona).





Imagen: "Memorial a Walter Benjamin" (Portbou, Girona. 29-7-2008)

lunes, septiembre 08, 2008

O Porto


19


de nuevo pienso en el mar.
la cicatriz no llega a existir.
la brisa dibuja tan sólo una voz:
el sueño.
el dolor permanece
en la herida y en la imagen.
¿cargaré también el peso?
la noche continua:
demasiado larga.



Ruy Ventura (Del libro: Sete capítulos do mundo)

Trad. Marta López Vilar




19


de novo penso no mar.
a cicatriz não chega a existir.
a brisa desenha apenas uma voz
- o sono.
a dor permanece
na ferida e na imagem.
carregarei também o peso?
a noite continua
- demasiado longa.


Ruy Ventura (Do livro Sete capítulos do mundo)



Imagem: O Porto (29-8-2008)


miércoles, agosto 20, 2008

José do Carmo Francisco


ENCONTRO COM O JOSÉ DO CARMO FRANCISCO

El verano se convierte, desde hace un tiempo, en un lugar inhabitable. El lugar de la pérdida, el lugar que certifica que el único idioma es el de lo inerte. Madrid está así: tan callado, que parece que nunca hubiera habitado nadie. La ciudad en blanco, el silencio que anula cualquier posibilidad de descansar. Su luz. Su luz es blanca que parece de metal, un metal que quema para dibujar tan sólo las palabras del vacío. El verano es la estación de las personas tristes, la estación en la que sólo se puede viajar y, como Agustina Bessa Luís dijo: As viagens inventaram-se para quem está triste. Sí. Sólo queda viajar, escribir palabras desde alguna ciudad que no sea la que es nuestro testigo, el testigo de nuestro propio recuerdo. Porque el verano es la estación de la inmovilidad donde sólo los recuerdos se mueven. Cada cosa los mueve: una canción, un olor, una calle, una carta.
Y así llegué yo aquella tarde de julio, con la mirada en blanco, la voz en blanco, el cansancio de quien ya desconfía de los viajes. Fui invitada amablemente por el poeta y crítico gallego Vicente Araguas a realizar una lectura de mi poesía en la Casa de Galicia en Madrid. Leería junto al poeta gallego Henrique Rabuñal y el poeta portugués José do Carmo Francisco. Yo, tan llena de saudade e incapaz de explicar, me presenté allí a leer después de haberlo dejado de hacer desde hacía dos años. La sensación era la de haber olvidado leer mis propios versos.
Llegamos a una sala hermosa para esperar que llegara la hora de la lectura. Hablamos durante un tiempo hasta que llegó João de Melo junto al poeta portugués con el que habría de leer: José do Carmo Francisco. Me dio la mano, yo respondí con un correcto “muito prazer” y recuerdo sus primeras palabras impregnadas de vida, en su hermosa lengua portuguesa, de recuerdo bello de su propia vida: “Tienes la misma edad con la que yo empecé a publicar en “Diário Popular” de Lisboa, naciste el mismo año que mi hija mayor y te llamas como la más pequeña: Marta”. Reflejo de algo ajeno a mí, calidez de existencia en ese instante. Nos presentamos todos. Nos fotografiamos y cuando nos disponíamos a bajar a la sala de lectura me enseñó una fotografía de su nieto Tomás, que vive lejos, en Inglaterra. Es un niño hermoso, de mirada que busca algo. El niño rodeado de vida, el niño era la propia vida. Pero vive lejos, sólo los agostos tiene cercanía. A mí los veranos me alejan y a él le acercan. Sin saber por qué lo inerte de los veranos se hizo habitable.
Comenzó la lectura, leyó primero Henrique, luego yo y luego José. Y ahí comenzó un juego de enlaces y reflejos de vida. Versos en los que yo me encontraba, versos que borraban el silencio del verano. Calles en las que me reconocía, la misma cadencia que la mía. Al terminar la lectura se acercó a mí y me regaló un libro suyo, me pidió mi dirección para enviarme sus libros y a los pocos días recibí un correo suyo y sus libros. Libros como lugares unidos por la casualidad. Recibí su último libro: Mansões abandonadas. Libro que, por el título, ya sentía necesario. Recordaré siempre su respuesta a mi agradecimiento. Hablaba de que ambos habitábamos los mismos mundos. Y en ese libro estaban lugares que yo había visitado en Lisboa. Me reconstruyó Lisboa: “Elevador da Glória”…hermoso poema suyo, lugar mío, que resultó estar junto a su casa lisboeta. Lisboa es la ciudad que recuerdo siempre. Siempre que regreso parece que nunca la haya abandonado y sus versos son Lisboa, sus crónicas son Lisboa. Todo queda intacto en Lisboa. Sus versos, con la intimidad delicada de las ciudades, reconstruyen mi verano. Recuerdo su poema “Tarde” que aquí traduzco:

Escribir en el papel que la vida no es fácil
Por la tarde la ciudad parece que muere en los poemas
Tantas palabras perdidas en tantas cartas incompletas
Tantas intenciones dispersas en difíciles llamadas de teléfono

No tardará la lluvia y la calle quedará desierta
Atravieso la tarde y atravieso la calle por el medio
El barrendero municipal empuja palabras con la basura
Diptongos y sílabas perdidas o inútiles en el paseo.

Al cabo de pocos días, recibí su hermoso libro Os guarda-redes morrem ao domingo. Hermosa recopilación de cuentos y poemas sobre fútbol. “El fútbol visto como memoria sentimental”, me dijo. Su primer cuento comienza: O lugar onde nasci já não existe...y ahí comienza un poema que necesito escribir. Y es cierto lo que dice acerca de la memoria sentimental. Esa es su poesía, esa es su escritura: una memoria sentimental de todo. El ejemplo poetizado de quien ha vivido con la ternura del tiempo, del pasado. Sus libros dejan un poso de calma, una lembrança (me gusta más esa palabra, porque parece que se alarga en el paso de las horas, como el recuerdo) de todos y cada uno de nosotros.
Recibió mi libro, mi segundo libro, y escribió unas líneas hermosas sobre él que publicará en Septiembre, al igual que escribió en forma de “explicación” de ese libro, un poema que llevaré siempre conmigo:

Saudação a Marta López Vilar

Tens o nome da minha filha mais nova
Da mais velha tens o perfil mais a idade
Nos poemas que escreves pões à prova
Novos conceitos de poesia e de verdade

Cada vez que tu completas e assinas
Um poema já em resultado e conclusão
Nas suas letras dispersas e pequeninas
Há um reflexo do Mundo e da Razão

Sentes falta do grande rio na tua cidade
No conforto contra o calor de Agosto
A massa líquida traz ao ar a humidade
Podia encher de luz o limite do teu rosto

Daqui saúdo com uma bica escaldada
E um pastel de nata acabado de chegar
Os teus poemas na encomenda registada
Que eu vou lendo e descobrindo devagar

José do Carmo Francisco



Un gran poeta que reconstruye las ciudades, José do Carmo Francisco.


José do Carmo Francisco es periodista. Comenzó en el "Diário Popular" en 1978 y en "A Bola" en 1979. Comenzó a colaborar en el periódico "Sporting" en 1988 ("As palavras em jogo") y fue su redactor desde 1997 hasta 2006. Entre 1992 y 1996 entrevistó en la revista "Bola Magazine" figuras de las Artes y de las Letras en la columna "Um cafezinho com". Colabora en "Voz de Alcobaça" con la columna "O lugar do poema" y en el semanario "Gazeta das Caldas" con la firma semanal "Un livro por semana" y la columna quincenal "Estrada de Macadame". Colabora en la revista "Desporto sem Paralelo" en los periódicos "Diário Insular" y "Notícias da Amadora". Colaboró en los periódicos "O Mirante", "Diário Popular", "Diário de Lisboa", "República","O Ponto","O Remate", "Correio dos Açores", "O distrito de Portalegre" y en las revistas "Ler", "PC Win", "Mulheres", "Revista Alentejana", "Colóquio Letras" y "Seara Nova". Desempeñó funciones de la dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores y es secretario de la Asociación Portuguesa de Críticos Literarios.
Es autor de los siguientes libros: "Iniciais" (1981), "Universário" (1982), "Transporte Sentimental" (1987), "Jogos Olímpicos" (1988), "1983 - Um resumo" (1991), "Leme de luz" (1993), "Mesa dos Extravagantes" (1997), "As emboscadas do esquecimento" (1999), "De súbito" (2001), "Os guarda-redes morrem ao Domingo" (2002), "O Saco do Adeus" (2003), "Pedro Barbosa, Jesus Correia, Vítor Damas e outros retratos" (2005) y "Mansões abandonadas" (2007).
Con "Iniciais" consiguió en 1980 el premio Revelación de la Asociación Portuguesa de Escritores atribuido por un jurado constituido por Armando Silva Carbalho, Fernando J. B. Martinho y Pedro Támen.



lunes, agosto 04, 2008

La Habana




No me dan pena los burgueses vencidos.

Y cuando pienso que van a darme pena,

aprieto bien los dientes, y cierro bien los ojos.

Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas,

pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes,

pienso en mis largos días sin camisa ni sueños,

pienso en mis largos días con mi piel prohibida,

pienso en mis largos días

Y

No pase, por favor, esto es un club.

La nómina está llena.

No hay pieza en el hotel.

El señor ha salido.

Se busca una muchacha.

Fraude en las elecciones.


Gran baile para ciegos.

Cayó el premio mayor en Santa Clara.

Tómbola para huérfanos.

El caballero está en París.

La señora marquesa no recibe.

En fin

Y

Que todo lo recuerdo y como todo lo recuerdo

qué carajo me pide usted que haga?

Además, pregúnteles,estoy seguro de que también

recuerdan ellos.


Nicolás Guillén



Imagen: "Madre e hijo de piel prohibida: ternura". La Habana (Malecón) Fotografía tomada el 18-7-2008 por Rocío Losada Velasco.

miércoles, junio 04, 2008

Recuerdo de perderlo todo


RECUERDO DE PERDERLO TODO


tu rostro se transformó en la noche interminable
que atraviesa cada tarde, cada tarde, cada tarde
interminable.

el río de humo que llevaba tu nombre a las
estrellas desapareció dentro de dentro de dentro
de mi tristeza.

y tu rostro era todo lo que tenía. y tu nombre era
todo lo que tenía. tú eras todo. todo. y todo es ahora
mucho más que todo.



José Luís Peixoto (A casa, a escuridão)


Trad. de María Nefeli


Imagen: "Casa fechada", en Sintra. Mayo de 2008.

lunes, mayo 12, 2008

Ericeira I


LAS PALABRAS PROHIBIDAS

Los barcos existen y existe tu rostro
Apoyado en el rostro de los barcos.
Sin ningún destino flotan por las ciudades,
Parten por el viento, regresan por los ríos.

En la arena blanca, donde comienza el tiempo,
Un niño pasa de espaldas al mar.
Anochece. No hay duda, anochece.
Es necesario partir, es necesario quedarse.

Los hospitales se cubren de ceniza.
Olas de sombra se rompen en las esquinas.
Te amo…Y entra por la ventana
La primera luz de las colinas.

Las palabras que te envío están prohibidas,
Mi amor, hasta por el halo de las mieses;
Si alguna regresara, ya ni reconocería
Tu nombre en mis curvas claras.

Me duele este agua, este aire que se respira,
Me duele esta soledad de piedra oscura,
Y estas manos nocturnas donde estrecho
Mis días quebrados por la cintura.

Y la noche crece apasionadamente.
En sus márgenes desnudos, desolados,
Cada hombre sólo tiene para dar
Un horizonte de ciudades bombardeadas.



Eugénio de Andrade (As palavras proibidas).

Trad. de Marta López Vilar





Imagen: "Banco vazio no Atlântico, desde o litoral da Ericeira" (Portugal). 3-5-2008.

martes, mayo 06, 2008

Lisboa I


Hay ahora un dolor que se posa en las palabras.
No lo menciones: un nombre basta para
partir el corazón. Si me olvidaste entre


un libro y otro, finge que no lo sé; despídete
de mí como una farola antigua, deja que
tu sombra sea mi único paisaje.


Maria do Rosário Pedreira (Nenhum nome depois).
Traducción de Marta López Vilar


Imagen: "Rua de São João da Praça, à noite". Lisboa, 2-5-2008.


Suena un fado que escuché en un local de Alfama, mientras paseaba. Salió del silencio de la noche y cantaba una muchacha de voz de gota de agua a punto de caer...

Yo me paré por dentro...

sábado, abril 12, 2008

París IV


Tarde de otoño


Sumergirse en la luz
cuando todo se calla,
en un pasado que ahora vuelve.
O quizás algo antiguo
que es más que todo lo que ha sido
y se quedó esperando para siempre.

César Simón



Imagen: "Rue de Paris, après la pluie". París, 20-3-2008.

Suena el otoño de George Winston:

domingo, abril 06, 2008

París III


Claramente, soy un cronopio...


VIAJES


Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.Terminadas estas diligencias, los viajeros se reunen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".

Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.

Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan.


Julio Cortázar (Historia de cronopios y de famas)


Imagen: "Pluie de Paris". París, 22 de marzo de 2008.


Suena "Gelastí fotografía" ("Fotografía sonriente"). Hermosísima canción:

lunes, marzo 31, 2008

París II


Llovía como reteniendo la memoria en las ventanas. Cada gota contemplaba los tejados de una ciudad a punto de ser palabra, frágil, y a la vez nombre exacto de la espera y el regreso. En cada tejado habría una historia, en cada gota una explicación del presente. Bajo el cielo de París, al otro lado de la ventana, se aprende que la ciudad nos acoge como por primera vez.

Si hubiera podido, habría dejado para siempre esas gotas ahí, mirándome.

París sabía que no se movería, que estaría esperándome de nuevo, como si cada uno de mis regresos fuera diferente...

Regresé y encontré la lluvia en las ventanas, hermosa lluvia gris por la que mirar una ciudad delicada, a punto de desvanecerse como un sueño feliz, pero que no se marcharía,porque París no es la ciudad de las cosas perdidas.

Se viaja a París como quien llega en tren a una estación después de mucho tiempo, con el aire de cuerpo desorientado, cansado,triste y, de repente, en el suelo encuentra algo que fue suyo (una hoja, un papel, una flor, los restos de un cigarro, un tícket de metro de un domingo...) y permanecía allí tras años y años, fiel e intacto. La alegría y la nostalgia de nosotros mismos,se llama.

Se viaja a París para saber que esa ventana es esa hoja, ese papel, esa flor,los resto de un cigarro, ese tícket de metro de un domingo...


María Nefeli



Suena su mejor canción, mi favorita de ella:



Imagen: Tejados de París tras la lluvia. 21-3-2008

jueves, marzo 27, 2008

París I


¿Qué venía yo a hacer al Pont des Arts? Me parece que ese jueves de diciembre tenía pensado cruzar a la orilla derecha y beber vino en el cafecito de la rue des Lombards donde madame Léonie me mira la palma de la mano y me anuncia viajes y sorpresas. Nunca te llevé a que madame Léonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pien delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.


Julio Cortázar Rayuela


Y llovía en el Pont des Arts mientras se empapaba mi libro Novelas II de Cortázar. La lluvia dejó su memoria en la página 52, sobre esas palabras, para siempre...


Imagen: "Solitude dans le Pont des Arts". París, hace unos días (20-3-2008).

Suena, para mí, la canción más hermosa que escuché en lengua francesa. Su letra aún me hace temblar:




domingo, marzo 16, 2008

Días


Suena desde hace días esta canción hermosa y exacta que tanto me emociona:



HERRUMBRE

Simple luz
que invade la tarde gris
y algunas hojas caen
sobre la vía.
El frío es el abrigo
que calienta.
El corazón helado
cuando ventea
moviendo el agua
abandonada.
Restos de sueños
sobre un nuevo día,
amores en los vagones,
vagones en los raíles.
Parece que quien parte
es la vía,
quien no viéndote te vigila
hecho madre,
hecho madre
que duerme mirando a los hijos
con los ojos en las vías.
Y en el misterio
solitario de las plumas
se ve la vida corriendo parada
como si no existiera llegada
en la tarde distante.
Herrumbre
o nada.



FERRUGEM


Mera luz que invade a tarde cinzenta
e algumas folhas deitam
sobre a estrada
O frio é o agasalho que esquenta
O coração gelado quando venta
movendo a água abandonada
Restos de sonhos
sobre um novo dia
amores nos vagões
vagões nos trilhos
Parece que quem parte
é a ferrovia
Que mesmo não te vendo te vigia
Feito mãe
Feito mãe
que dorme olhando os filhos
com os olhos na estrada
E no mistério solitário da penugem
vê-se a vida correndo parada
como se não existisse chegada
Na tarde
distante
Ferrugem
ou nada.



Imagen: Estación de Lavapiés (Madrid), esperando el regreso a casa. Hace poco.

miércoles, febrero 20, 2008

Plazas.Barcelona


Misericordia extraña
ésta de recordar cuanto he perdido,
y amar aún su inexistencia.

Francisco Brines



Imagen: Hermosa felicidad de luz desde mi balcón, una mañana de domingo. Plaça de Sant Agustí (Barcelona). Noviembre de 2007.


martes, febrero 12, 2008

Tal vez dice el adiós


TAL VEZ DICE EL ADIÓS


Pero he aquí la lluviosa noche originaria,
cuando por las nubes bajas
un viento fino -acepta la oferta-
recorre la primavera...
vagan voces rotas, perros alicaídos,
señales que nadie percibe,
presagios que se apagan en el vacío.
Y un silbido no sé qué dice,
ronco entre tus manos disecadas
donde la sangre no arde ni desespera.


Qué fácil, dice, fue la pérdida,
o tal vez dice la renuncia,tal vez dice el adiós:
mira el tiempo de la naranja desconsolado,
el tiempo breve del almendro,
días que llevo al olvido,
granos que, mudando, voy perdiendo.
Y de mí no queda rastro en los años,
sino sólo como cuentan un viaje
las huellas en la arena de un desierto.


Mario Luzi




Imagen: "Motas de polvo en la luz", de Hammershoi

lunes, enero 28, 2008

Apunte


APUNTE


Mi alma se rompió como un jarrón vacío.
Cayó escaleras abajo.
Cayó de las manos de una criada descuidada.
Cayó, y se hizo más pedazos que loza había en el jarrón.

¿Tontería? ¿Imposible? ¡Yo no sé!
Tengo más sensaciones que cuando me sentía yo.
Soy una dispersión de trozos sobre un felpudo sin sacudir.

El ruido hecho al caer fue como de jarrón al romperse.
Los dioses que hay se asoman a la barandilla de la escalera.
Y contemplan los pedazos que su criada hizo de mí.

No os enfadéis con ella.
Sed tolerantes con ella.

Jarrón vacío, ¿qué era yo?

Miran los pedazos absurdamente conscientes,
más conscientes de sí mismos, no conscientes de ellos.

Miran y sonríen.
Sonríen tolerantes a la criada involuntaria.

Se va extendiendo la gran escalinata alfombrada de estrellas.
Un pedazo brilla, por el lado de su exterior lustroso, entre los astros.
¿Mi obra? ¿Mi alma principal? ¿Mi vida?
Un pedazo.
Y los dioses lo miran especialmente,
pues no saben por qué ha quedado allí.

Fernando Pessoa


Suena y sonó todo el fin de semana mientras corregía: http://www.youtube.com/watch?v=O7X6bP7aiTI&feature=related


Imagen: "Melancolía" de Edvard Munch

miércoles, enero 23, 2008

Mi pequeño mar...


EL PRIMER SOL

No conozco la noche ni el anonimato terrible de la muerte.
En la cala de mi alma descansa la flota de los astros
que se esparció, vigilante, para que brillaras al lado, en el cielo
y el aire de una isla que me sueña.
Anunciar la mañana desde lo alto de las rocas.
Mis dos ojos de abrazo te navegan en la estrella
de mi verdadero corazón. No conozco la noche.

No conozco los nombres de un mundo que me niega.
Leo las conchas limpias, las hojas, las estrellas.
Mi odio es inútil en las calles del cielo
salvo si es el sueño quien vuelve a mirarme.
Con lágrimas atravesar el mar de la inmortalidad.

Se esparció bajo la curva de tu dorado fuego
la noche que es sólo noche y no conozco.



Odysseas Elytis ( Traducción de Marta López Vilar)


Suena desde hace días la hermosa voz de Kostas Pavlidis. Siempre me estremeció su cadencia, su música meciendo en cualquier mar a quien la escucha...esta voz me acompaña desde hace años, fue presencia del tiempo más bello, y esta semana la retomé en la calma...



Imagen: Costa de Hydra (Grecia), agosto de 2006...

El aire se oscurece


El aire se oscurece: la luz
del día en torno a él
se cierra lentamente.


Pero sobre el húmedo río
caen lentas voces
de pájaros. En la calle
fluyen festivos
saludos ignotos
en los silbidos de los ciclistas.


Los trenes invisibles
entre señales brillantes
esta noche no traerán
su melancolía.



Sandro Penna



sábado, enero 19, 2008

Melancolía


el mínimo de tinta dentro de la palabra
hace vibrar el eje del tiempo: la casa
donde el rumor buscado se oye tímido
en tu pecho dormido como un río

en los confines minerales del cuerpo nada impide
la floración caliente de la tierra o la tristeza
que en la plomiza agua reenciende la vida y
en el umbral de las oscuras manos hace temblar
el corazón de la pasajera melancolía

Al Berto



Imagen: "La convaleciente", de María Blanchard

domingo, enero 13, 2008

Para que yo me llame Ángel González...


CANCIÓN PARA CANTAR UNA CANCIÓN


Esa música...
Insiste, hace daño
en el alma.
Viene tal vez de un tiempo
remoto, de una época imposible
perdida para siempre.
Sobreapasa los límites
de la música. Tiene materia,
aroma, es como polvo de algo
indefinible, de un recuerdo
que nunca se ha vivido,
de una vaga esperanza irrealizable.
Se llama simplemente:
canción.

Pero no es sólo eso.

Es también la tristeza.


Ángel González



Se fue uno de mis padres poéticos...

Suena desde hace días, sin saber por qué: http://es.youtube.com/watch?v=-4quKyrOVww

sábado, enero 05, 2008

Mi vida


Infancia I:


Cuesta del Madroñal, nº 10, en Úbeda (Jaén).

En esta callle María Nefeli jugaba, se caía, se despertaba con olor a leche, galletas y pan.
Recuerdo la ternura, a una niña pequeña que nunca tenía frío.