





Elegías de la reanudación
Después de la tempestad, por mis ojos
esta orilla virgen donde poder buscar
otro mundo nuevo. En cada cosa,
en joven nacimiento,redescubrirle el nombre
al amanecer..., un nombre que tenga
todo el peso doloroso de la herencia
y el alado frecor de un misterio dulce.
Dar el nombre a la rosa, porque es la rosa
y sentir el lastre de un nombre de ceniza.
Y crear el ruiseñor, y la fuente,
y la canción, y la muerte; aquel recóndito
temblor del beso, y la mano abierta,
y alzar de nuevo a la altura
la palabra de amor...
Rosa Leveroni (Barcelona 1910- Cadaqués 1985)
Traducción de Marta López Vilar
Imágenes: Antonio (mi casa, primavera de 2010), playa de Ribadesella, Covadonga, Llastres (Asturias, diciembre de 2009).