miércoles, junio 24, 2009

Epitafio de un joven ateniense


Reposará mi cuerpo para siempre
entre el barro y la piedra de esta tumba,
como un recuerdo efímero de aquellos
placeres que embriagaron cada día
de mi estancia en el reino de los vivos.

Todo está ya enterrado. Es imposible
volver a la palabra pronunciada;
besar de nuevo el rostro más querido;
rendirse a la emoción inexplicable
de la luz, el color y la distancia.

Francisco José Martínez Morán (Tras la puerta tapiada, Hiperión 2009)


Imagen: Partenón nocturno (10 de abril de 2009)

5 comentarios:

rubén dijo...

Gracias por el aperitivo, habrá que hacerse con él ya.

José Ángel García Caballero dijo...

bello poema, bien acompañado de música e imagen... a ver si consigo pronto el libro...
besos

Graça Pires dijo...

"Es imposible
volver a la palabra pronunciada"
Sabemos que é verdade...
Um belo poema.
Um grande beijo Marta.

Albardán dijo...

Una delicia con visos de tristeza.
Gracias por recordarnos que aún es hora de hacer cosas.

samsa777 dijo...

Muchísimas gracias a los cinco.

Abrazos,

Francisco