jueves, marzo 24, 2011

Postal


Estas ruas bulliciosas conocen tu nombre,
el ritmo secreto con que tus pasos
las rozaron. Hay algo de tu voz en sus sonidos,
algo de su luz en tus ojos.
Estas ruas sin tiempo
apenas atienden ya a nada,
demasiado preocupadas
en proyectar tu imagen sobre el río
y alcanzar el mirador de tu abrazo.
Tienen estas ruas, tendidos en los balcones,
luces e interrogantes que preguntan por ti,
y una voz de fado en penumbra,
cayendo desde lo alto,
que con dulce desgarro canta:
Lisboa no te olvida,
porque las más bellas ciudades
jamás olvidan a sus más bellos pasajeros.

José Gutiérrez Román (del libro Los pies del horizonte, Premio Adonáis 2010).

Imagen: "As ruas de Lisboa sempre acabam no mar". Agosto de 2009.

8 comentarios:

José Ángel García Caballero dijo...

es bonito, se puede hablar así del corazón de las ciudades que te acogen...
un beso

Graça Pires dijo...

Um belo poema, Marta.
Realmente as ruas de Lisboa acabam sempre no mar. E já não podemos viver sem isso.
Um grande beijo.

Graça Pires dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Querida M.,

Pasaba por tus páginas con mi alma triste hoy por la rutina, esa ciudad necesaria que a veces acaba agobiando. Y leo este poema, tu selección que me recuerda que siempre existe un poco de palabra en los silencios, un poco de tiempo en la ciudad que también pasa.

Un abrazo fuerte desde tu Francia!

maría nefeli dijo...

Viernes,
hoy le hablé a mis alumnos de la ciudad, les dije que la miraran cada día, que miraran su memoria para saber más de ellos. También las ciudades tienen corazón, de ahí que siempre nos acojan...
Un beso

maría nefeli dijo...

Minha querida Graça,
sei que reconheces essa frase em mim. Desde a primeira vez que fui a Lisboa, soube que não havia rua sem mar. Também eu sempre acabo no mar, sempre e também não posso viver sem ele...
Um beijo de saudades

maría nefeli dijo...

Mi querida y recordada A.;
me han conmovido tus palabras (siempre necesarias). Es eso lo que busco: palabras en los tiempos de silencio para que existan las cosas.
Que nada -tampoco la rutina-te vuelva las horas tristes...
Un beso y espero estar pronto en mi recordada Francia.

Paola L. dijo...

Pienso que ha y una reciprocidad ,si bien es cierto que las ciudades conservan algo de las personas que anduvieron por ella nosotros conservamos ,en nuestra mente,algo de esas bonitas ciudades.Optimo post.Paola L.